LA HISTORIA DETRÁS DE LA FOTO

Tomada por Adolfo Lino en el departamento de Potosí en Bolivia, específicamente en Sud Lípez, en géiseres (un lugar que suele estar incluido en los tours completos –de 5 días- del Salar de Uyuni, en horas del amanecer).

Esta fotografía rompía con el esquema ya que, en este caso, fue tomada al atardecer, junto a otros fotógrafos que decidieron darle otro itinerario a las típicas fotos que suelen tomarse en dicho lugar.

La historia comienza con el frío que habían experimentado días antes, ya que luego de haber admirado la Laguna Colorada y encontrándose ya en el penúltimo día de excursión en la Laguna Blanca, los fotógrafos pensaban que no se animarían a ingresar a las aguas termales (a pesar de ser conscientes que una vez allí dentro, el frío se desvanecería). Sin embargo, finalmente sí lo hicieron, sin sospechar que su capacidad por atreverse a lograr sus propósitos del viaje, sería la cualidad que posteriormente los haga disfrutar del mayor desafío de todos: los géiseres.

Luego del almuerzo, el grupo había decidido recorrer una zona que parecía cercana y a la que difícilmente los turistas pueden acercarse a menos que vayan ‘a pie’ (ya que está prohibido el paso de vehículos para evitar que dejen rastros de sus huellas), se trata del desierto Salvador Dalí o Rocas de Dalí que, para alcanzarla, se debe recorrer al menos una hora y media de caminata sin cesar, lo que significa un total de tres horas de ida y vuelta. Pero lo que es peor, significaba que no estaba tan cerca como todos creían.

¡Justo a tiempo!

Pero gracias a la buena voluntad y actitud positiva, lograron llegar 15 minutos antes de que la hora dorada perdiera su brillo y finalizara su magia por completo. No quedaba tiempo ni para instalar un trípode y, sin embargo, ningún obstáculo pudo contra el resultado de una fotografía tomada desde la emoción. Jamás se hubiera podido combinar tales tonalidades en otro horario y nadie iba a regresar para intentarlo nuevamente ¡Y menos con ese frío!